Las lápidas de bronce son una opción popular, especialmente en los mausoleos y algunos cementerios históricos que aún son preservados.
Los marcadores de lápidas de bronce que se encuentran en posición horizontal, en lugar de verticalmente en una pared, están más expuestos y se ven afectados por la intemperie. Por lo tanto, el posicionamiento del marcador de la lápida de bronce afecta la frecuencia con que debe limpiarse.
Limpieza en Cementerios
Dado que el revestimiento protector que inicialmente se coloca en el marcador de la tumba se desgasta con el tiempo, los retoques frecuentes y la limpieza del bronce pueden ayudar a evitar que la oxidación, esa acumulación de color gris verdoso, se forme en el marcador de la tumba. Se recomienda limpiar un marcador de lápida de bronce al menos 2 veces al año para mantener el marcador y evitar la oxidación, que es mucho más difícil de limpiar.
Si un ser querido tiene una lápida de bronce, esta es tu guía completa paso a paso sobre cómo limpiar este tipo de material:
Suministros necesarios para limpiar lápidas de bronce
Debes llevar los siguientes suministros contigo al cementerio cuando tengas la intención de limpiar las lápidas de bronce:
- 2 paños suaves y secos
- Agua (destilada es preferible)
- Cepillo de cerdas suaves
- Cepillo de dientes
- Jabón no iónico
- Cera en pasta y un pincel aplicador

Paso 1: eliminar los restos
Primero, quita las hojas u otros desechos que rodeen o cubran la lápida de bronce.
Paso 2: Suavemente frota el marcador de bronce
A continuación, humedece el marcador de bronce con agua limpia y frota con un cepillo de cerdas suaves. Para las áreas más difíciles de alcanzar, por ejemplo, alrededor de las letras, usa un cepillo de dientes mojado para entrar en los rincones y grietas. Enjuaga los cepillos con frecuencia mientras limpias para asegurarte de eliminar completamente los residuos. No utilices ningún producto abrasivo durante la limpieza, como papel de lija o lana de acero, ya que puede rayar la superficie de la lápida de bronce.
Paso 3: lavar la lápida de bronce
Usando jabón no iónico, crea una mezcla simple de agua y jabón y repite el proceso de lavado en el paso anterior. Esto ayudará a eliminar cualquier mancha o grasa persistente.
Paso 4: Enjuaga y seca la lápida de bronce
Enjuaga completamente la lápida con agua limpia y luego sécala con un paño limpio. Repite el proceso para cualquier mancha difícil que pueda necesitar atención adicional. Luego permite que la lápida se seque con el aire.
Paso 5: Agrega un revestimiento protector a la lápida
Una vez que la lápida de bronce esté completamente seca, agrega un poco de cera en pasta de calidad para proporcionar otra capa de protección. Permite que la cera se seque y luego limpia la superficie con un paño limpio y seco.
