Muchas veces nos preguntan si realmente es necesario realizar una limpieza de tumbas o lápidas. Por supuesto que tenemos muchos argumentos como la influencia del clima en el estado de una lápida o que para que el material de una tumba dure mucho más sin deteriorase es necesario ofrecerle un mantenimiento de calidad. Sin embargo, creemos que lo que mejor habla por nosotros es que las personas puedan ver el cambio drástico de una tumba sucia después de la realización de una limpieza profesional.
Al visitar un cementerio a veces pensamos que es normal que las tumbas y mausoleos tengan un color oscuro y que se vea sucio, pensamos que ese es el estilo del material de la lápida. Pero la realidad es completamente distinta. Si todas las tumbas estuvieran cuidadas y fueran limpiadas con frecuencia, quizá nuestro concepto del cementerio no sería algo tan lúgubre y lo visitaríamos con más frecuencia. Quizá y hasta seríamos parte de la tendencia del necroturismo.
Realizar la limpieza y mantenimiento de una tumba no solo hace que dure más sino que evita que el nombre de la persona no se borre y que además, todo el lugar tenga una energía diferente. De la misma forma que llevamos flores a los cementerios, una forma de demostrar respeto y recordar a nuestros seres queridos es cuidando el lugar en el que descansan. Aquí os dejamos un ejemplo de uno de nuestros trabajos realizados para que podáis observar el estado real en el que deberían estar todas las tumbas.
Antes y después de una limpieza de tumbas


Empezamos realizando una limpieza superficial con abundante agua y cuidado. Es importante conocer el material de la tumba o lápida para saber el producto que debemos utilizar para que no perjudicarla, de ahí la importancia que le damos a la diferencia entre piedra porosa y piedra no porosa.



